domingo, 18 de abril de 2010

El Líder sale a caminar

Como esto recién está arrancando, voy a empezar por el principio.

Me levanto y salgo para el trabajo como todo el mundo. Generalmente estoy un poco dormido y otro poco apurado. Combinación peligrosa para las calles de Buenos Aires y aledaños.

Me voy de casa con las cosas para el laburo en una mano/brazo/hombro y en la otra cualquier parte del desayuno que sea transportable. Voy pensando en el día que me espera, las cosas que tengo que hacer, lo que dejé empezado y no terminé. Estoy muy concentrado, muy compenetrado con mis circunstancias cuando veo algo que me irrita sobremanera.

Se me atraganta la tostada.
Empiezo a toser desenfrenadamente, las migas salen disparadas de mi boca a mil kilómetros por hora.

El portero del edificio de al lado parada en la entrada, atornillado mejor dicho, intentando hacer que la hoja seca que está en la vereda llegue hasta el cordón, baje y siga su ruta calle abajo.

No lo puedo creer. ¿Está cansando y no se quiere mover? ¿Seguirá dormido y cree que la manguera es la escoba? ¿Se está imaginando una súper película en la que él es el mar y la hoja un barco?

Explíqueme por favor. No entiendo por qué decide malgastar así el agua.

¡¡¡NO es barata, NO es infinita!!!

¿Cómo hacemos para que entiendan?

El Líder NO banca a los porteros que se confunden el balde y la escoba con la manguera y deciden derrochar muuuuuuuuuuucho agua.

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